Ejercicio espiritual sobre “El peregrino ruso”
Para el 4 de septiembre
» —Reza sobre todo la oración de Jesús; ella nos acerca a Dios más que todas las demás oraciones y por ella conseguirás la salvación de tu alma.
La joven me escuchó con atención y se condujo con toda sencillez según mis consejos. ¿Y lo creeréis? Poco tiempo después me anunció que se había acostumbrado a la oración de Jesús y que sentía el deseo de repetirla incesantemente siempre que le era posible.
Cuando rezaba, sentía alegría y finalmente un gran gozo, así como el deseo de continuar rezando. Todo esto me causó gran contento, y le aconsejé que siguiera rezando cada día más, invocando el nombre de Jesucristo…
Y sin añadir una palabra más, el preboste se levantó y se fue a dormir. A mí, me devolvieron a la prisión. Al día siguiente, muy de mañana, vinieron dos gañanes que me dieron mis buenos azotes dejándome luego en libertad.
Yo me alejé, dando gracias a Dios que me había permitido padecer en nombre suyo. Todo esto me llenó de grandísimo consuelo y me animó más y más a la oración.
Estos acontecimientos no me causaron la más pequeña aflicción. Parecía como si se le acaecieran a otra persona y yo no fuera más que un espectador; y esto aun cuando me estaban dando los azotes.
La oración, que llenaba de alegría mi corazón, no me permitía prestar atención a cosa alguna.»
del 2° relato en «El peregrino ruso»
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Pedido a los participantes
Estimad@s herman@s en Cristo Jesús.
Hoy casi en la mitad del ejercicio espiritual sobre el libro «El peregrino ruso», como base para crecer en la práctica personal de la oración de Jesús, queremos pedirles que pongan un comentario donde simplemente y con toda verdad, compartan cual es la mayor dificultad que viven para realizar esta oración cotidianamente.
Partiendo del hecho de que se sienten atraídos hacia este modo de oración, de que tienen interés en practicarla o de crecer en ella… ¿Cuál es el mayor obstáculo, interno o externo con el cual se encuentran?
Esos comentarios servirán para efectuar posts durante el resto del ejercicio, complementando la lectura de los dos relatos que siguen, tratando de facilitar la superación de esas dificultades.
En cuanto a la práctica para hoy, tratemos simplemente de ir creciendo.
No importa el día que pasó, ni si me olvidé durante todo el día. Importa mañana, acordarme cuando me despierte y comenzar el día con la invocación, recordar la oración de camino al trabajo, apoyarme en ella cuando me enfrente a las tensiones laborales, tomarme unos minutos para concentrarme solo en ella al atardecer…
Un saludo fraterno para todo@s invocando a Jesucristo.
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