Ascesis

 

¡ Oh Señor, envía tu Espíritu ! *

La ascesis: preludio a toda vida interior.

Toda búsqueda concerniente a la vida interior comienza y prosigue por la ascesis. Sin ascesis, el hombre interior está condenado a la inautenticidad. No es la ascesis un objetivo, sino un medio.

Contentarse con una ascesis exterior concerniente solamente al cuerpo es insuficiente. ¿Para que es bueno privarse de alimentos si el corazón no ayuna, si los pensamientos se multiplican en su movilidad disipando el espíritu? La ascesis tiende a cortar las raíces del narcisismo, o mejor todavía a desenraizarlo perpetuamente ya que –como la hidra de siete cabezas– cuando una se corta, otra crece.

Los yoes son numerosos: cuando uno de ellos parece muerto, otro surge. Para el hombre moderno, la ascesis exige también una constante puesta en duda. No se trata de alimentar dudas e inquietudes, sino de poner signos de interrogación que no encuentran respuesta más que en la profundización.

La ascesis es un perpetuo desapego que necesita una disciplina en la manera de vivir, de nutrirse, de dormir y también de divertirse, de trabajar, de leer, de pensar y de comportarse con los demás. La ascesis del intelecto permite no confundir lo esencial con lo accesorio, no dispersarse en parloteo en aquello que no solo escapa a la razón sino también a la inteligencia.

Así, la ascesis continua tiene como resultado un perfecto dominio. Para el cristiano, se acompaña de una oración constante. Esta es una perpetua liturgia en el interior. Esta liturgia hace uso de palabras; en su cumbre se vuelve silenciosa. Es disposición a recibir la «gracia» sin la cual ningún paso en la vida interior podría efectuarse.

La oración no es solamente llamada, es también alabanza, gratitud, confianza y abandono. La oración se dirige a una Presencia a la que se llama comúnmente Dios.

La agonía del yo

A causa de un «calentamiento» progresivo producido por la ascesis, la oración, la meditación, la calma del cuerpo, del intelecto y del corazón, el ego comienza a fundirse, después se derrite. El sujeto ya no está preocupado por si mismo; helo aquí privado de proyectos y de deseos.

Atraviesa así «la noche» descrita por San Juan de la Cruz. Nada le atrae y todo le parece insípido. La necesidad de asistir a la agonía de su yo puede parecer dolorosa; sin embargo los autores espirituales recomiendan no vacilar durante esta muerte. Esta agonía y esta muerte conducen a la pobreza, al desapego y sobre todo al abandono de la voluntad propia. Cuando el hombre abandona su yo, o más bien sus yoes, la alegría surge.

Hesicasmo:

El hesicasmo es un método de interiorización que conduce a un perfeccionamiento que desemboca en la deificación. El hesicasmo reposa en la práctica de la hesyquia. Este termino, que significa reposo, tranquilidad, quietud, no pertenece únicamente al lenguaje religioso; se conoce su empleo en el griego profano.

La adquisición de la calma y de esta tranquilidad concierne al cuerpo (ayuno, vigilia, trabajo) después a la psyche (el alma) y finalmente al espíritu por el despertar de sus energías latentes. Se da importancia a los pensamientos que pueden empañar el corazón y perturbarlo. El hesicasmo rechaza los discursos interiores, las interrogaciones inútiles, los falsos problemas que dispersan de la actividad del intelecto.

Aún más, rechaza todas las ideas sobre Dios que corren el riesgo de abrir una distancia entre el sujeto y la divinidad reduciendo esta a un objeto exterior es decir a un ídolo. El reposo al cual desemboca la práctica de la hesyquía no es estático sino profundamente dinámico. Se le puede ver como una reunión de las diversas energías, como la conquista de la perfecta unidad entre el cuerpo, el alma y el espíritu.

Extraído de «El arte de la vida interior» de Marie Madeleine Davy 

(Son fragmentos)

Texto completo en «Textos monásticos» 

* Ignoramos el origen de la imagen, si alguien lo conoce por favor informar al mail del blog

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3 comentarios en “Ascesis

    • Si Leonardo, la ascética es de utilidad para todos, más allá del estado de vida. En la sección «desde la ermita» y en el blog de la oración de Jesús, hay varios textos acerca del tema. Le mando un saludo invocando a Cristo.

Invoca a Jesucristo y deja tu comentario, puede servir a otros.